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lunes, 31 de enero de 2011

No se nota...

...pero volví!

Hace varios dias.
Llegué renovada pero con algunos mambos. Y me encontré con otros del mismo tenor esperando por mi en baires.

Mi blog tendrá que tener un cachitín más de paciencia. Deberá esperarme un poco más, a que se acomoden mis ideas, a que elija qué contar y qué no, a que organice primero mi vida real.

Unas líneas breves para contarte, querido Traumas, que efectivamente te extrañe y que espero volver de verdad antes de que termine de irse mi bronceado san bernadino...

miércoles, 12 de enero de 2011

Crisis

Estamos en crisis.
Se que él está ahí, pero no tengo tantas ganas de verlo como antes.
Cumplo poco, esporádicamente.
Esto no es de ahora, creo que el problema debe llevar al menos un mes.
Y cada vez es peor. Porque lo quiero y se que me quiere, pero hemos perdido mutuo interés.
Tomarme un tiempo implicaría una decisión que no se si estoy dispuesta a tomar.
Cortar por lo sano sería aun más doloroso.
Pero es frustrante ver mi falta de interés. Es notorio, todos los ven.
Así que propongo relajarme.
Me estoy yendo de vacaciones este fin de semana.
Estimo que tal vez la distancia, unos días separados, nos haga bien, nos extrañemos y volvamos a ser los de antes.


Querido blog, yo te adoro y no quiero dejarte. Solo necesito extrañarte!

jueves, 6 de enero de 2011

Zapatitos, agua y pasto

Durante mi infancia, para esta fecha, mi papá me llevaba al parque a buscar pasto. Mi mamá disponía de un par de tuppers donde colocar dicho yuyo, con su respectiva agua y yo insistía en dejarles galletitas de postre.


Mis padres siempre tendieron a inculcarme más la creencia de los Reyes Magos que la de Papá Noel. Cuando al crecer les pregunté los motivos me explicaron que los Reyes Magos sí existieron, y sí les llevaron regalos a Jesús al nacer. Santa Claus, en cambio, era pura invención. Entonces, “la mentirita” de los regalos les parecía, y concuerdo, más sutil.


Los 5 de enero, al caer la noche, procuraba dejar bien a la vista los alimentos, si, pero aún más mis absolutamente todos pares de zapatos. No quedaba ni uno dentro del placard. Como si a más cantidad de zapatitos más cantidad (o mejor calidad) de regalos.


Mis viejos, que se levantaban a oscuras en medio de la noche para depositar los paquetes, me han confesado que solían tropezarse con mis zapatos regados por el living. Debían guardarse los insultos para sus adentros.

Yo creo que ampliaron el departamento y me concedieron una habitación cuando se cansaron de cosas como esta…


Un día como hoy, 20 años atrás, recibía mi primera bicicleta. Esa rosa y negra, con la cara de Minie Mouse en el frente. Esa tres rodados más grande que solo podía usar con rueditas. Esa que recién 3 o 4 años después, cuando me quedó oficialmente chica, pude usar para aprender lo que dicen que nunca se olvida.



Feliz día de Reyes para todos. Espero que les hayan traído lindos regalitos.

Yo dejé agua y pastito, pero Mía se levantó de madrugada con sed y el pasto lo usó para purgarse. Creo que debe ser por eso que no me dejaron nada. Y estoy analizando si el regalito del balcón es la purga de Mía o la venganza del camello…