Mi abuela es un caso especial…
La relación que tenemos no se compara con las típicas relaciones abuela-nieta.
Es una viejita moderna pero no ridícula. No se maquilla ni va a la peluquería, lleva sus canas con cierto orgullo y más de una vez le han preguntado dónde se hacia esos reflejos tan copados. Usa joggings, remeras de algodón, camperitas, zapatillas, alpargatas (de las lindas, obvio) para el día. Y cuando sale, polleras de modal (algunas fueron mías), remeras con estampados y chatitas.
Cuando sus hijos, que son mi papá y mi tía, se casaron ella dijo que le cuidaba una criatura a cada uno. Lo que no se imaginó es que nacerían con 10 meses de diferencia. Pobre vieja… Ella nos crió a mi primo y a mi.
Crecí en compañía de esta hermosa mujer que siempre me trató con amor a pesar de no ser muy demostrativa, y me hablaba de igual a igual sin importar mi edad. Con ella aprendí a putear (dije putear, no insultar) y a hacerme adicta a las novelas y programas de chimentos.
Heredé de ella el placer de sentarme en un bar a tomar algo con un tostado. También la necesidad de consumir, salir a mirar vidrieras y volver sí o sí con alguna bolsita. Y la cualidad de hablar hasta por lo codos, incluso estando sola.
Me dio siempre todos los gustos. Cada mes, con la jubilación de mi abuelo, íbamos a la juguetería y me compraba una Barbie. Y cuando fui más grande (aunque no tanto) cambié la elección por ropa. Siempre ropa.
Es, hasta el día de hoy, la que me dice que gaste, que me de gustos, que vaya a comer afuera, que me compre cosas, que no llore sobre la leche derramada, que no ahorre en comida. Ella siempre ahorra por mi. Le va sacando plata al amarrete de mi abuelo de a poco y cada tanto me dice: Tengo tanto para gastar, que querés?
Siempre fuimos muy compañeras. Yo soy, por genética y por costumbre, igual a ella. No soy una persona independiente, ella tampoco. Así que a cada lugar que teníamos que ir, así fuera a comprar pan, lo hacíamos juntas.
Soy su confidente, me cuenta cosas que no le dice a nadie, sobre cómo se siente por la situación de mi abuelo, qué opina de mis padres, de mis tíos, de mis primos. No me cuenta sus penas con llanto, sino como una situación por la que le toca pasar, y eso me hace admirarla cada día más. Es una mujer que no se cae. O al menos no se caía.
Hace varios años que mi abuelo está enfermo. Su problema no es una novedad, pero con el tiempo y los años se fue agravando. Tiene EPOC, en criollo: respira con el 15% de los pulmones, culpa de haber fumado durante años plus un laburito en el subte post jubilación.
Hoy por hoy depende 100% de mi abuela. Para comer, para acostarse y levantarse, para bañarse y hasta para caminar. Mientras él estaba medianamente bien mi abuela seguía haciendo su vida normal pero ya no es lo mismo. Tiene miedo y culpa de dejarlo solo y yo entiendo todo, pero esta situación la está consumiendo.
Se siente presa de su casa y de su marido y sabe que para retomar su libertad mi abuelo debe morir. Ella siente culpa por ansiar su libertad porque sabe lo que implica. Cuando uno, con corta edad, se pregunta si existe el amor para toda la vida basta con mirar el amor de esta mujer por su marido. Lo ama tanto que sufre a la par. Tanto, que dejó su vida de lado por acompañarlo en todo momento.
Hasta ahí un gesto hermoso, pero del otro lado no hay más que egoísmo. Pobre mi abuelo, yo lo quiero con toda mi alma, pero nunca se hizo querer. Es un buen tipo, conducta intachable, derecho y honesto, pero amarrete, poco cariñoso y egoísta al extremo. Si mi abuela dejó de lado su vida fue por culpa, pero esa culpa no vino sola, se la hizo sentir él, tanto tanto que la cansó y se instaló a su lado a servirlo.
(...)
3 somatizaron conmigo:
cómo hacemos, siendo tan jovenes e inexpertas en lo que es la vida, para determinar qué es "amor"??
por un lado, un matrimonio que llega a viejo lo es, pero lo es tambien mirar al viejo gastado por los años que esta a tu lado, con cara de "te quiero matar, o mejor, por que no te moris solo?" lo es?? parece que si, es parte de esa mezcla agridulce de emociones que nos invade, es la sombra que opaca un poquito la perfeccion, ...es la vida, que no puede ser perfectamente feliz ni perfecta...
pero es asi, y si nos toca vivirlo, es bueno saber que es parte natural del proceso, no?
jajajaja!!! una grosa tu abuela!!!!
gracias Anonimo, hermoso comentario...
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