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viernes, 25 de febrero de 2011

Caramba, me han premiao´

No piensen mal. Hoy el doble sentido se fue a hacer noni.
Resulta ser que de manos de nos volvemos algo locos recibí este bello premio.

Tierno? Justo mi blog? jajaja
Igualmente lo agradezco con todo mi corazón!!!

Las reglas del juego son:
Agradecer a quien te lo dió y poner un link en tu blog.
Escribir siete cosas sobre vos
Pasárselo a diez bloggers más.

Woooow! Momentito!
Desde cuándo sigo yo las reglas?
Nunca. Ok.
Así que cumplo a medias.

Agradecer agradeci.
Mis 7 cosas, más ajoba…
Pero me rehúso a poner en compromiso a nadie a seguir con esta cadena.
Motivos, miles. Hoy simplemente no me da la gana.

Y para quien le interese, aquí Ela en 7 pasos básicos para aprender a tratarla. Y a perdonarla también:

1.- Soy testaruda y obstinada, pero necesito incentivos para mis proyectos. Una vez que arranco algo lo termino y busco siempre la perfección. El problema está en el burro de arranque...

2.- Amo a Mía con todas las fuerzas de mi ser. Secretamente la amo más que a Charly.

3.- Hago de la comida un culto y picoteo siempre a deshora. Me pierde lo salado. El dulce podría extinguirse del mundo.

4.- Solía coleccionar postales. Las sigo teniendo aunque ya no adquiera nuevas. Planeo algún día hacer un mural con ellas.

5.- Suelo hablar de más, meter la pata, perdonar cuando no corresponde y enojarme por boludeces. Todo se me pasa en menos de 5 miuntos.

6.- El paso de los años repercutió en mi cuerpo, pero no pienso hacer nada por modificarlo. Antes muerta que pisar un gimnasio.

7.- A veces creo que no soy lo suficientemente feliz.

sábado, 19 de febrero de 2011

Te puede pasar IV

La sección Te puede pasar me da miedo.
Lo negativo se ha quedado en negativo, tal vez con leves, leviiiísimas repercusiones positivas, pero el análisis siempre terminó dando saldo deudor.
Ahora bien, lo positivo siempre contrajo algo negativo.


En el primer post de esta sección, nunca les conté que cuando el cartero vino a reclamar, mientras yo me hacía la boluda se escapo Mía, la atropelló un coche y huyó. Si la encontré, fue porque tenemos un dios aparte...

Hoy tengo miedo. Estoy aterrada.
Ayer, cuando me subí al bondi con el peso con veinte justo, al depositar las monedas en la máquina la misma me devolvió 4 pesos. Por error, claramente.
Temo por lo que pueda suceder.
Ya saben, así que estén atentos. Si cae granizo, si de devalúa aun más la moneda, o si reprueban un examen, encontrarán aquí a la culpable.

De antemano, mil disculpas.

martes, 8 de febrero de 2011

Mi dulce memé

Estoy sentada en mi escritorio laboral y el estómago me recuerda que necesita su primera ración solida del día. Suelo maldecir por olvidarme de comprar algún comestible. Y también maldigo a mis compañeros metrosexuales que ayunan todo el día para luego matarse en el gym, mientras yo suplico por media docena de facturas. Nunca me olvido de maldecir el lugar geográfico de mi oficina. Estimo que el negocio más cercano (de cualquier tipo, no discrimino, puede ser desde un almacén hasta una ferretería) debe quedar a unas 8 cuadras de distancia. Ergo, cuando hay hambre, no queda más opción que comerse las uñas o aguantarse.

Pero no! Reviso mi cartera y descubro que a las 7:45 am no estaba tan dormida como pensaba y atiné a revolearle algo adentro. Un Memé. Una delicia que suele ser bastante económica en las panaderías, pero no tanto si se adquiere en el sector gourmet de Disco.

Un memé no es más que una tortita de coco con membrillo. No me gusta mucho ni el membrillo ni el coco, pero el memé si. Es la combinación perfecta de dos medios gustos que da como resultado un manjar para el paladar y otro para el alma.
Mi infancia está regida por los sentidos. Y el olfato es mi sentido más desarrollado. Tres gustos/olores tienen la capacidad de transportarme al instante a una época en que no existe la posibilidad de tener memoria. Al menos eso dicen los facultativos. Yo les digo que es mentira.

La leche tibia con esencia de vainilla les puedo jurar que me recuerda al abrazo de mi madre, a la succión de la mamadera, al placer de algo rico y tibio en mi boca. Me adormece, me da paz. Según mi madre, recurría a este recurso de mamadera con azúcar, esencia de vainilla y crema de leche porque no había forma de que la tomase pura. Dice también que dejé la mamadera a los 18 meses. Habrá que creerle…

La primavera hacer florecer todo, el aire se llena de nuevos olores y colores. En esos momentos, mi nariz puede descubrir en un radio de 300 metros un Jacarandá. Su aroma, su color, la temperatura del aire alrededor, el suelo sembrado de sus flores. Y de repente me veo a mi misma, con menos de 4 años, sentada en el umbral de aquella casa, juntando sus flores y jugando con Caro. Esa cuadra desértica, ese árbol en la puerta, solo para mi. Caro a mi lado, pero con la calma que los años le obligaron a tomar, con dolores crónicos en sus patitas que algunos malvivientes le supieron regalar. Ella igual se acerca, pausada, y me brinda su amor. Si ella supiera que todo el amor que plantó en mi, hace ya tiempo que germinó.


El tercer y último ticket para el viaje en el tiempo se lo lleva el memé. Que tomó ese nombre de mi inventiva, cuando resultaba imposible pronunciar torta de coco. Lo apodé Memé, y hasta el día de hoy en mi familia lo llamamos así. Son mis meriendas con mi abuela, después de la siesta. “Te compre un meme” me decía. Y de vez en cuando, si puede, va a la panadería y al volver repite esa frase. Y ahora meriendo con mate, pero al lado de ella, charlando y compartiendo un memé.

Y vuelvo a ser niña, otra vez. O acaso alguna vez dejé de serlo?