Recent Posts

jueves, 30 de diciembre de 2010

Qué foto?

Con ustedes ya no tengo secretos.
Si me borro por unos días es fija que ando alterada y eso me trauma.
Pero aquí me hago presente para documentar qué estuve haciendo mi fin de semana navideño.


Arrancamos con la realización de mis más famosos pan dulces artesanales. Sin falsa humidad, me salen bárbaros!!! Nada de la asquerosa fruta abrillantada. Lleva otra cosa, pero como buen chef que soy, no revelo secretos...


La ola de calor me obligó a tomar una siesta en la hamaca paraguaya con Mía. El problema surgió cuando llegó Charly y se quiso subir con nosotras. Conclusión: ésta es la última foto de la hamaca. Se cortó lo soga y nos fuimos derechito al piso. Tengo 2 chichones y Charly un moretón. A Mía, que estaba a upa, lógicamente no le pasó nada. A Charly lo pongo a dieta a partir del 2 de enero...


Y llegó la noche buena... A las 12 clavadas Charly trajo los regalos. Mi mamá y mi suegra ligaron un colgantito cada una, comprado por mi. Mi viejo medias, de esas caras e imposibles de conseguir y con las que tanto hincha. Charly una bermuda y una remera. Y yo dos remeritas y un vestidito. Qué qué es esta foto? El regalo de Mia! Una caja navideña perruna, llena de chiches, orejitas, huesitos, bombones y demás. Aquí Mía enloquecida queriendo agarrar todo junto. Un chichito ya lo rompió y no hace más ruidito. Menos mal...


Y para cerrar nuestro fin de semana -siendo que la noche anterior debido a la maldita pirotecnia mi pobre princesa sufrió como una condenada- la mimamos un montón. Y aquí una prueba de ello.


Espero que les hayan gustado mis postales navideñas.
La semana que viene les muestro fotos de este finde que se viene.
Con Charly nos vamos a pasar año nuevo a una quinta con amigos. De ahí seguramente traiga un montón de postales de nuestra diversión y/o borrachera. Siempre y cuando consigamos nafta para viajar, obviamente!

jueves, 23 de diciembre de 2010

Felices Fiestas

martes, 21 de diciembre de 2010

Hoy lo amo más a él

Decidí que era hora de incluirlo en mi vida, de traerlo a casa. Que sin él la cosa ya no iba más. Charly y yo lo necesitábamos para vivir mejor, para hacer más llevaderos nuestros días.
Pero debo reconocer que él no estaba muy convencido de incluirlo en nuestras vidas. Fui yo la que insistió, movida por un deseo profundo que se convirtió en necesidad. O viceversa, no lo se.
A sabiendas de mi egoísta decisión, seduje a Charly con la idea. Hablé de los beneficios y dejé de lado las contras. Él terminó convenciéndose de que tenía razón y accedió.
Si dijera que en todo este tiempo nunca nos arrepentimos mentiría. Si, hubieron veces en que creímos haber cometido un error. Pero también hubieron días terribles en donde su presencia fue maravillosa. Días en que lo amé más que a Charly. Tengo plena certeza que en esos momentos Charly también lo amó más que a mi.
Hoy es uno de esos días. Cuando afuera la temperatura marca 35 grados en ascenso yo estoy fresquita como una lechuga bajo el aire acondicionado. Hoy es uno de esos días en que no me importa las 24 cuotas restantes para terminar de pagarlo. Hoy estoy convencida de que comprar el más caro fue lo mejor. Hoy, creo, que lo amo más a él.
Si cuando Charly llegue se digna a hacerme masajes capaz que los querría a los dos por igual. Pero eso, sabemos todos, que no va a pasar…

martes, 14 de diciembre de 2010

Destreza física

Uno de mis mayores y más notorios defectos (notorio sobre todo durante mi pubertad y/o adolescencia) es mi incapacidad total para la realización de cualquier tipo de destreza física, focalizando el conflicto especialmente en los deportes. Salvo la natación, en donde me desempeño medianamente bien gracias a haberla practicado durante 8 años seguidos, soy una inútil total.

Agonicé los 6 años de mi secundario industrial cuando llegaba la hora de educación física. Acusaba menstruar unas 6 o 7 veces al mes. Y mi salvación llegó de la mano de un irónico giro del destino. Niña rebelde, quiso aprender artes marciales y de esta forma despertar un grave problema congénito en sus rodillas. Conclusión: prohibidos absolutamente todos los deportes excepto natación. Y ahí volví a nadar, como pez en el agua.

De todas formas, antes de descubrir esto, cuando era forzada a jugar handball y voleyball deseaba que la cancha se abriera al medio y que el mismo diablo viniera a rescatarme. Picar la pelota no era tan grave, pero no me pidas que logre introducirla en el arco porque carezco de fuerza y puntería. Ojo, tampoco me la pases, soy pésima atajando. El vóley era peor. Qué es eso de que me venga una pelota desde arriba, vaya una a saber a qué velocidad, derechito a la cara? Fija que me voy a tapar la cabeza con los brazos enrollados y comerme las puteadas de mis compañeras por el punto perdido. Y si le pongo un poco de onda y lo intento, pongo las manitos como si agarrara dos melones sobre mi frente y cuando llegue la pelota me doblaré los pulgares sin excepción. Y desafiando las leyes de la física, la pelota no solo no pasara la red sino que seguirá muy campante su recorrido original, hacia mis espaldas, como si no la hubiera siquiera tocado.

A pesar de todo esto, soy una convencida que ante la necesidad uno saca lo mejor de si y consigue cosas que en otras circunstancias serían imposibles. Un claro ejemplo de esto pude brindar el domingo pasado frente a 150 espectadores, cuando mi amiga Lina arrojó el ramo y yo, contra todo pronóstico, lo atajé.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Chocolate por la noticia

Él le propuso matrimonio así:

Porque sí existe el amor para toda la vida.
Porque hay que ser afortunado para encontrarlo.
Porque hay parejas que son un ejemplo.
Porque hay amores que se animan.
Porque ella es mi amiga y le deseo lo mejor.
Porque hay que ser valiente para ser feliz.

[Juntos hace casi 4 años. Legalmente unidos a partir del viernes. Ahí estaré, tirando arroz y soplando mocos.]


Previa autorización, aprovecho para hacerle un poco de publicidad de Carise Andrade, una fotógrafa de la hostia, importadita del país Carioca.
Haciendo click en su nombre podrán ver algo de su exquisito trabajo.