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martes, 31 de agosto de 2010

Se acabó el anonimato

Pasé de un fin de semana colmado de angustias, emociones y alegrías. Estoy buscando algún tipo de estabilidad emocional como para poder contarles a ustedes, que ya son parte de mi vida, las horas de llanto e incertidumbre que pasamos con Charly…
Les adelanto que tiene un final feliz.
Les cagué la sorpresa? Perdón, soy de las que leen la última hoja del libro antes de empezar…

Pero hoy quería compartir con ustedes el motivo de mi sonrisa en un día tan gris como el de la fecha… (click acá)
Me encontrarán el la página 10, firmando con mi nombre y apellido.

Y abro una encuesta al costadito de la presente página, para saber qué es lo próximo que quieren conocer de mi...



[Gracias Oblogo!!!]

miércoles, 25 de agosto de 2010

Te puede pasar I

[Abro aquí la sección Te puede pasar, que constará de esas pequeñas ironías, anécdotas, desgracias y un sin fin de etcéteras cotidianas que valen la pena ser documentadas. Al menos para mi, que según mis amigas me pasan todas.]

Y se va la primera:

Te puede pasar que estés esperando un premio de Camel canjeado por los cupones que vienen en los pack box, te toque timbre el cartero, bajes, completes el debido formulario, recibas el paquete, despidas al cartero y al abrirlo descubras que el pobre cristiano se equivocó y te venga de arriba un 212 Sexy Men de CH. Te puede pasar…

lunes, 23 de agosto de 2010

Romeo

La semana pasada Romeo apareció lastimado.

La historia de Romeo es un tanto triste, pero tiene un final feliz.
Lo conocí hace varios meses, en un celo de Mía, cuando empezó a seguirnos por la calle y se quedaba en la puerta del edificio haciendo guardia.
Un día le hice un mimo, otro lo saludé y al tercero ya me siguió hasta el trabajo. Descubrí dónde vivía, a la vuelta de casa en una casita hecha con maderas para cubrirlo de la lluvia. Empecé a llevarle comida, agua fresca y leche. Era imposible salir a la calle, porque se me paraba en dos patas y me pedía mimos llorando, entonces me quedaba un rato jugando con él. Le saqué fotos y lo publiqué para su adopción…
Una semana más tarde le conseguí hogar. Mi vecino Luis, de 85 años, quería un compañerito a toda costa ahora que por fin se había deshecho de su cuñada, una vieja de mierda que odiaba a los perros. Pero Romeo compartía su morada callejera con una amiguita: Chicha. Entonces había que encontrarle también a ella un hogar.
Cuando instalamos a Romeo con su nuevo dueño, Chicha quedó sola, deprimida, dejo de comer y no hacía otra cosa más que llorar. Romeo se escapaba para estar con ella, y llegamos a la conclusión que había que darlos juntos en adopción. Hablé con mi vecino y le ofrecí conseguirle otro perro ya que asumí que no podría hacerse cargo de los dos. Luis se puso triste y me pidió que no le quite a Romeo, entonces llegamos al acuerdo de que tendría a Chicha también por algún tiempo hasta encontrarle un hogar. Días más tarde, el viejo estaba tan encantado con los perros que decidió quedarse con ambos. Y yo los veo todos los días, cuando paseo a Mía y me vienen a saludar. Están felices, comidos y duermen calentitos todas las noches.

La semana pasada Romeo volvió a hacer guardia en mi edificio a causa del primer celo de una perrita vecina.
Una mañana, cuando me iba a trabajar, me extrañó no verlo. Me cuenta el portero que el viejo lo metió adentro porque estaba lastimado, que probablemente se había peleado con otro perro… mmm
Al volver del trabajo le cuento a Charly y fuimos a verlo. Tenía las costillas hinchadas y le costaba caminar, entonces lo subimos al coche y lo llevamos al veterinario.
Pobre santo, estaba muerto de miedo pero se porto como un duque. Lo revisaron y no tenía costillas fracturadas pero estaba dolorido. Le pusieron suero, glucosa, antiinflamatorio y antibiótico. El diagnóstico? Alguien le pego una patada.

No tengo la certeza de quién fue, pero es evidente que vive en el mismo edificio que yo. Me gustaría encontrármelo cara a cara, para primero escupirlo, luego gritarle todo lo que merece escuchar, después patearlo de la misma forma que él hizo con Romeo y por último, cobrarme lo que me salió el chistecito en la veterinaria.

La gente es muy hija de puta. Cuesta mucho sacrificio sacar a un perro de la calle, conseguirle un hogar, hacer un seguimiento. Todo eso cuesta tiempo, ganas, energía y dinero, para que un reverendo hijo de puta se de el gusto (?) de pegarle una patada porque le moleste que el pobre bicho esté paradito en la puerta. Y ni hablar de lo que habrá sufrido ese perro en la calle y sin embargo es un dulce de leche…

Cada día me convenzo más:
Más conozco a la gente, más amo a los perros.


jueves, 12 de agosto de 2010

Muy así...

En esos días, sensible al extremo, todo me toca hondo.

Llamadas frecuentes y besos por celular. Abrazos eternos cuando llega a casa. Se me acelera el corazón de tanto que lo amo. Quiero hacerle un mimo a su alma, medio escurrida por una mala nueva. Lo consuelo diciendo que ahora está mejor. Llego a la conclusión que no creo en un dios que nos separe, y si hay vida eterna, la habrá también con ella. Zusi bella, en un cielo de pastos verdes y nubes con forma de botellas para mordisquear.

También me tira el cordón umbilical, y estoy pendiente de ella. Hubiera dado un brazo para que no sufra. Me angustia imaginar como sería mi vida si ella ese día se hubiera ido. Trato de pensar en otra cosa porque el nudo en la traquea no me deja respirar.

Hay noticias que me roban sonrisas, como la de Lina. Reuniones programadas que dan motivo al día. Cruzada de dedos con fuerza, hasta el calambre, para que Mía no destroce (de nuevo) la casa. Y un estreno, mi lavarropas.

Yo creo que me faltan los ruleros.
Ahí si, que pañuelo en mano, me siento a ver la novela de la tarde...

sábado, 7 de agosto de 2010

La quejosa

La quejosa es una mina que protesta. No hay algo puntual, nada le viene bien.

No es malhumorada, es simpática y de sonrisa fácil, pero se queja. Se queja de no llegar a fin de mes, se queja de no tener todo, de un trabajo mal pago, de un título en stand by. Se queja de no tener dinero para darles de comer y beber a 100 personas una sola noche, de no poder sacar fotitos, de no poder ponerse un vestido blanco y firmar un papel. Se quejaba de estar muy flaca y ahora protesta porque dice tener panza. Se queja de que le falta ropa y también de que el placard le quedó chico y no entra nada. Se queja de una perra malcriada que rompe cosas. Se queja de los precios. Se queja de un novio que escucha música que no le gusta, que no cocina, que no ayuda y deja todo tirado. Se queja del tráfico, de la inseguridad y de la inflación. Se queja de un padre negativo, de no poder cambiar el auto y de tener granitos.

Ahora la quejosa se queja de ser quejosa.
Ya no tiene ganas de ver el mundo así.

La quejosa tiene ganas de ver que comida nunca le falta y las cuentas están siempre pagas. Que si no se recibió es tiempo de ponerse a estudiar. Quiere pensar que cuando pueda (porque algún día podrá) hará esa dichosa fiesta. Quiere darse cuenta que los rollitos son sexies y que el placard está ocupado en un 80% por sus cosas. Que tiene un ser que la ama, y que si rompe cosas es por la edad. Quiere recordar que su vida no era así de hermosa sin ella. La quejosa ahora piensa que se queje o no los precios aumentan, el tráfico seguirá siendo un caos, la inseguridad no depende de ella y la inflación es cuestión de costumbre. Quejarse de un novio imperfecto ya no le sirve, porque de no tenerlo se quejaría peor, porque la ama y la cuida y entiende que lo demás se acomoda. Entiende ahora que al padre no lo puede cambiar, y es mejor disfrutarlo mientras lo tenga y apagar los oídos cuando escuche boludeces. Se dio cuenta que si pudiera cambiar el auto hoy, no lo haría y se conforma con tenerlo limpio. Y de los granitos es mejor hacerse amiga y comprar una buena base.

La quejosa no quiere dejar de ser quejosa para ser conformista. La quejosa quiere terminar de abrir los ojos para contemplar lo que tiene, que no es tan poco. Deleitarse con su suerte, que es mucha. Con el esfuerzo empleado y el sacrificio, con lo conseguido hasta aquí y lo mucho que vendrá.

Ver que hay personas con verdaderos sufrimientos la hace sentirse una pulga malagradecida. Tanto dolor en el mundo y ella protestando gratis.

Hoy la quejosa no se siente conformista, se siente agradecida. Se acerca a su perra, se deja lengüetear la cara y la mira enamorada.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Dogma en vivo!

Cuando empezamos nuestra relación me parecía divertido, diferente y en cierto punto gracioso. Lo acompañaba siempre que podía a los ensayos, sacaba fotos y compartía una fresca con ellos.
Conforme fue pasando el tiempo opté por hacer otros planes en los días y horarios de los ensayos, y hasta me parecía sano que tenga ese tiempo con sus amigos sin mi intromisión.
Cuando nos mudamos juntos experimenté en carne propia -y los vecinos también- lo que es convivir con un batero. Un sufrimiento constante (y sonante).


La banda se armó a medias. Después se fue uno. Al rato volvió y se fue de nuevo. Se rearmó. Después se desarmó. De nuevo a componer temas y buscar integrantes. Llegó uno nuevo. Y así como llego se fue. Después otro. Y al tiempo lo rajaron. Quedaron 3, se llaman Dogma y se presentan por primera vez este domingo en Ramos.

Voy a estar ahí, abajo del escenario, gritándole guarangadas al batero (no da gritarle a los otros, no?) y revoleándole bombachas!

Porque esto lo hace feliz, y si él es feliz yo también lo soy.



[Para los que quieran pasar la barrera del anonimato y tomarse unas birras conmigo mientras escuchamos a Charly y sus amigos tocar, no tienen más que escribirme y les paso la data.]