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martes, 12 de enero de 2010

Los Hombres de mi Historia: El Preámbulo

Cuando decidí dar comienzo a este blog me puse a pensar si escribiría sobre un tema en particular (que los hay y muchos) o sobre temas en general. Las ideas que surgían tenían como hilo conductor los trastornos que me generaron y generan. Esos trastornos no son más que traumas, de ahí el nombre del blog.


Muchas de las cosas que me han pasado en la vida sin ser maravillosas, esplendidas y diferentes, fueron cosas que me traumaron y hubo veces que no me dejaban avanzar y otras que tuve que aprender a superarlas.


Como toda mujer, uno de esos temas traumáticos son los hombres.


Como toda pre-adolescente bonita de fines del siglo pasado, comencé a relacionarme afectivamente con el sexo opuesto medianamente temprano. Se de muchas mujeres que dicen haber tenido su primer novio a los 18, su primer beso a los 15 o cosas por el estilo. No es mi caso.


A los 12 años tuve mi primer beso (de los besos en serio, no picos) con un chico que no me gustaba, con el mero fin de “practicar” por si algún día el joven que robaba mis sueños se dignaba a darme bola. Eso nunca ocurrió, por supuesto…


En séptimo grado tuve mi primer noviecito. Se llamaba Mariano, y era amigo de mi primo. La experiencia fue corta, aunque tuvimos unas idas y vueltas durante un par de años. Me pasaba a buscar a la salida del cole, me acompañaba 2 cuadras hasta mi casa, dábamos paseos por el parque, íbamos juntos a bailes de colegio. Todo era muy inocente y tierno, no había maldad ni segundas intenciones. Nos queríamos mucho, tanto, que para nuestro primer cumplemes me regaló los anillos de plata con nuestros nombres grabados. Hasta el día de hoy conservo ese anillo, aunque el suyo voló por la terraza de mi escuela una noche de baile cuando le dije que no quería que sigamos siendo novios.


Unos meses después volvimos, y a la semana me fui de viaje de egresados. Esa fue la primera vez que fui infiel, y de eso si me arrepiento. Le di un beso a un chico que no me gustaba solo para “hacerme la loca”, sin medir que estaba lastimando a quien me quería mucho. Por supuesto se enteró, no sabía cómo pedirle perdón y hasta el día de hoy no se cómo me perdonó, y volvimos. Honestamente no quería seguir saliendo con él, pero ¿cómo decirle a alguien “me mande un flor de cagada, te pido perdón, pero no quiero seguir saliendo con vos”? Y se ve que no había aprendido la lección, porque un par de días después le estaba dando un beso a otro chico que me gustaba incluso antes que Mariano. Por suerte eso nunca lo supo, pero de todas formas terminamos y empecé a verme con este otro chico, Darío.


Escribirlo me da escalofríos. Tenia 13 años y ya había tenido experiencias de las que me enorgullezco poco con 3 chicos distintos, el del beso, Mariano y Darío. Y bastante turrita era por lo visto además de rapidita, porque con tan pocos años ya conocía la infidelidad.


Y acá hago un paréntesis. Tal vez un beso no sea considerado como INFIDELIDAD con todas las letras, pero es lo único que conozco como tal. Por supuesto que con ese tenor lo he sido más que una vez, pero mis cuernos jamás significaron sexo. Al menos no las veces que les fui infiel a mis parejas, la forma en la que otros fueron infieles conmigo es otro cantar, pero no me quiero adelantar en el tiempo…


Como decía, salí un tiempo con este chico Darío. Era verano, no existían los celulares, nos daba vergüenza llamarnos, así que yo sabía que después de las 4 de las tarde existían altas chances que me toque el timbre para ir a pasear. Así como empezamos a salir dejamos de hacerlo. Mejor dicho, si cortamos no lo recuerdo.


Cuando volvió la época escolar, yo estrenaba nueva escuela y nuevos compañeros en ese ámbito desconocido y cruel que llaman secundario. También volvieron los bailes de colegio, a los cuales por supuesto que iba, ya que no me dejaban ir a bailar, y ahí volví a verlo a Darío y así tener asegurado un beso semanal.


Estaba enganchada, me gustaba mucho, pero no pretendía nada más de lo que teníamos, no por falta de “amor” sino por ignorancia. A parte estaba cómoda en mi humilde rutina: iba a la escuela de lunes a viernes doble turno, los sábados me veía con mi mejor amiga Ana y a la noche íbamos a los bailes, o nos quedábamos en casa de alguna boludeando juntas, siempre juntas.


Así como fue de espontáneo nuestro comienzo fue nuestro final. No lo hubo, simplemente dejamos de vernos. Ahí me di cuenta que estaba enamorada, o al menos eso creía, entonces Darío empezó a ocupar todos mis pensamientos, mis páginas de diarios íntimos, mis llantos adolescentes.


Los fines de semana, dentro de la rutina que teníamos con Ana, era obligatorio pasar por la cuadra de su casa con la esperanza de encontrarlo. Esas rutinas consistían en que Ana me pasaba a buscar por mi casa los sábados y/o domingos por la tarde, íbamos a pasear por el barrio y en el kiosco más escondido comprábamos Licoritas de Felt-Fort y un Camel de 10. Después del paseo, terminábamos sentadas en un umbral de un pasaje cercano a casa, nos prendíamos un pucho y tomábamos el pecaminoso licor, haciéndonos las rebeldes. Posteriormente, cuando llegábamos a mi casa, era obligado entrar gritando que nos hacíamos pis, entrar al baño juntas (como siempre en esa época) y proceder a lavarnos los dientes y tirarnos perfume para ocultar el olor a cigarrillo.


Es el día de hoy que, cuando tomamos mate mientras Jazmín, mi ahijada, duerme y recordamos esto nos reímos a carcajadas llenas de añoranza por esos tiempos felices de rebeldía adolescente.

5 somatizaron conmigo:

Lina dijo...

aaa, no puedo terminar de leer sin reirme de tu primer beso, con gusto a clro de la pileta, y galletias rotas, jugo diluido,todo,de Soles, la colonia que por una u otra anecdota, siempre estará presente!
y si de presencia se trata, no podemos dejar de decir que el pobre primer besador, te corrio desde abajo del micro gritando ELA TE AMOOOOO!!
jajajajajajajaja

Lina dijo...

y no, la infidelidad nunca está bien, pero con Dario??? como resistirse a un año de ratones y a la obligacion moral para con el resto de las fanaticas a ese pobre muchachito???

Ela dijo...

en serio me corrio desde abajo del micro gritando que me amaba? jajaja que seria de mi vida sin la memoria de mis amigas...

Lina dijo...

igual...me parece a mi o faltan varios capituilos de este preambulo????

Anónimo dijo...

ah dario,recuerdo el dia que me mandaron a llevarle una carta no me acuerdo de quien era pero como no me gustaba yo fui! yo estaba enamorada de ezequiel, todavia conservo la foto que lina agrando de el cantando en el coro, se ve una cara toda pixelada entre otros guardapolvos blancos!!!!! q epocas aquellas

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